viernes, 27 de julio de 2012

Artaud le Mômo


Pero después de todas estas andanzas en la época del llamado “ renacimiento del arte mexicano”
Artaud se ve en la necesidad de ir en busca de la antigua cultura Solar y viaja a la tierra Tarahumara donde descubre el pensamiento de los pueblos indígenas  que describirá en los textos
D'un voyage au pays des Tarahumaras, Éditions de la revue Fontaine, Paris, 1945
Donde  Nos revela el mundo de un hombre agobiado, no tanto por la locura que padece como por el tratamiento psiquiátrico, ahí encuentra a sus iguales. Territorio  donde las esfinges vivientes  aparecen grabadas por lanaturaleza en la montaña, símbolos de la santidad que Artaud confiere a tal tierra.
Y De nuevo recordamos toda esta serie de esfinges pre hispánicas labradas por Cantú en diferentes obras murales.
Pero también y a manera de homenaje a Antonin Artaud : Cantú incluye dentro de la obra “La dios de la Fortuna”  la figura del juglar Mómo
Recordando la obra         Artaud le MômoBordas, Paris, 1947


Así bien recuperamos en este texto  la amistad el legado y el transitar de dos personajes: Artaud y Cantú,  que por supuesto podemos incluirlos dentro del termino surgido de la obra de Paul Verlein   Los Poetas Malditos.
En diciembre de 1936  con el retorno de Artaud a Paris , surgirán nuevos lasos que pronto se trasformaran en los vasos comunicantes entre estas dos naciones.
Artaud lograra que los surrealistas fijen su mirada en América y con ello vendrá la visita de Breton , estos antecedentes darán forma a  la exposición surrealista en México a finales de los 30s. En la Galería GAM.




FIN








Adolfo Cantu

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